martes, setiembre 12, 2006

Cero Bohemia

Ayer estuve en el Bohemia del Ovalo Gutiérrez (Av. San Cruz 805. Miraflores) y pedí el pisco sour regular que, de acuerdo con el mozo, lo preparan con Ocucaje. Nada recomendable. Es dulzón y tiene poco alcohol.

La carta también ofrece un pisco sour especial con mejores piscos, Biondi o Viejo Tonel y a mayor precio (17 soles contra los 12 del regular) pero, la verdad, luego del primero no me animé a pedir otro.

Ya sé, ¿a quién se le ocurre pedir un pisco sour en el Bohemia y no un apple martini o un long island ice tea como todos los yuppies y tías del lugar? Bueno, a mí. Por cierto, un amigo me ha dicho que los tragos ahí son malos en general.

Los otros del Cercado

La ruta del Cercado de Lima ha incluido tradicionalmente dos bares adicionales a los ya mencionados: el Bar Cordano (Jr. Ancash 202, cruce con Jr. Carabaya) y la Taberna Queirolo (Jr. Camaná 900, cruce Jr. Quilca). Ninguno de estos bares prepara un pisco sour que valga la pena pero alguna función cumplen dentro de la ruta del Cercado.

Si vas a iniciar un recorrido por el centro te recomiendo ir primero al Cordano a comerte una butifarra a modo de colchoncito para lo que se viene. Siempre es posible, claro, iniciarla ahí mismo con una copita de pisco. Además, está sólo a un par de cuadras del Hotel Maury.

El caso del Queirolo es distinto. Uno puede tomarse un correcto Don Santiago (si vas con otra persona, mejor pídanse la botella completa, sale a cuenta) o un chilcano de pisco (si quieres gastar, pídelo con este pisco). Y si quieres pagártela pues pídete una res (especie de chilcano autoservicio tamaño familiar) y suerte con los travestis y los rateros de la Avenida Wilson. Un buen sánguche también es recomendable como final del recorrido. Eso sí, si eres un señorito te voy avisando que estás yendo a una chingana (querible, pero chingana).

Una opción final es el Manhattan, un restaurante ubicado en el Jr. Miró Quesada 253, a media cuadra del local de El Comercio. Es el lugar preferido a la hora del almuerzo por los yuppies que pululan en los Ministerios de Relaciones Exteriores y Economía y Finanzas. Sin embargo, el lugar resulta acogedor pese a lo estirado y tiene un bonito bar donde preparan un pisco sour cumplidor.

Ah, me olvidaba, los bares en el Centro de Lima cierran temprano así que atentos con la hora.

martes, agosto 01, 2006

La utopía bolivariana

Imposible no referirse al bar del Hotel Bolivar (Jirón de la Unión 958, Plaza San Martín. Cercado de Lima) dentro del recorrido en busca de un pisco sour en el centro de la ciudad. Lamentablemente, pese a su tradición, el pisco sour no está a la altura de las expectativas.

El Hotel parece haber optado por exprimir al máximo (no es lo único que exprime de más) el prestigio adquirido con el paso de los años a costa de la calidad del producto. Así, ha impuesto una versión fast food de su propio bar en un pequeño ambiente ubicado a la derecha de su puerta de entrada, donde los pisco sours poco más y vienen en jarra. Por supuesto, la chingana es todo un éxito comercial en la zona.

Volviendo a lo nuestro, el pisco sour del bar (me refiero al verdadero bar que se encuentra dentro del Hotel) anda bastante mal. El motivo es difícil de determinar porque aunque han empezado a utilizar un mejor pisco (por fin se deshicieron del infame Vargas), el pisco sour sigue igual o peor. En primer lugar, da la sensación de que al limón lo exprimieran demasiado, pues el pisco sour tiene un sabor ligeramente amargo al final. Además, la espuma no resiste ni el primer sorbo dada la carencia total de cuerpo. Y, el mayor de sus errores, el pisco sour que preparan es excesivamente dulce. Del uno al diez no le pondría más de cuatro y quizá esté siendo bondadoso. Lo peor es que por culpa del bar muchos turistas se llevan una mala impresión de nuestro pisco.

Bueno, a favor del Hotel Bolivar podríamos decir que las instalaciones están muy bien cuidadas, incluido el bar. El ambiente del bar es bastante agradable y los salones contiguos son realmente bellos (uno puede darse una vuelta camino al baño). Sólo por eso, vale la pena ir a tomarse un pisco puro y fumarse un cigarrillo. Ahora, si tienes vocación de antropólogo etílico, pues tómate un trago y comprueba todo lo que te he dicho.

jueves, julio 27, 2006

Primero lo primero: Hotel Maury

La primera ruta es y siempre será la del Cercado de Lima. Y el inicio de ésta tiene que ser el bar del Hotel Maury (Jr. Ucayali 201, esquina con el Jr. Carabaya. Cercado de Lima).

La historia de este bar está de más contarla, es todo un clásico del pisco sour e incluso aquí se ufanan de haberlo inventado (al parecer no fue así pero eso ya es un rollo aparte).

El ambiente es inmejorable, el local está todo enchapado en madera, con una decoración clásica de inicios del siglo veinte. En general, habría que decir que el bar se encuentra muy bien conservado para su edad. El baño nomás, es más grande que mi habitación. Eso sí, en verano el bar puede ser un horno porque el aire acondicionado no enfría mucho (para eso está el pisco sour, dirán).

En cuanto a sus piscos, no está muy surtido pero tiene lo básico: Biondi, Don Santiago (lo único bebible que ha producido Queirolo), entre otros.

Ahora bien, su pisco sour ha mejorado bastante en el último año. Su calidad había decaído anteriormente debido, en parte, al mal pisco que utilizaban. Sin embargo, las últimas veces que he ido lo han preparado con un pisco quebranta de Ocucaje que resulta sorprendente para su sospechosísimo precio (unos 23 soles la botella). Ojalá no hayan cambiado una vez más de pisco porque, como dije, el pisco sour no está nada mal.

Otro consejo, no vayan en grupos porque la calidad disminuye al preparar siete u ocho pisco sours a la vez (y esto pasa por lo general en cualquier bar).

En fin, del uno al diez yo le pondría un seis al pisco sour, pero si sumamos el ambiente del bar y el precio (nueve soles el pisco sour regular), ya estamos hablando de otra cosa. A todas luces, parada obligatoria.

Ps.- Me retracto de la variedad de piscos, no tienen otra cosa que Ocucaje. En este bar es casi imposible pedir otra cosa que no sea pisco sour. Una pena. (18/09/2006)

Introducción al Pisco Sour

Las rutas posibles son muchas. Podemos hacer la clásica del Cercado de Lima (Bar Cordano, Hotel Maury, Hotel Bolivar y Queirolo) o las nuevas san-isidrinas-miraflorinas (Country Club, Huaringas, Pisco Bar, La Calesa, entre otros). Sin embargo, creo necesario dar una pequeña introducción al pisco sour.

Lo primero: respeto. No te estás tomando un Margarita, con el poco respeto que eso sí me merece, sino un coctel a base de buen pisco. Nada de apurar el vaso para embrigarse temprano (y, menos aún, andar amarrando), que el pisco y el azucar ya sabrán cuándo.

Lo esencial aquí es el timing. El pisco sour se sirve muy frío pero se va calentando en la mesa. La idea es seguirle el paso para no tomarse una limonada como último trago. Además, la espuma va bajando y la consistencia del trago se va perdiendo. Por eso es recomendable pedir el vaso más pequeño (sí, ya sé, con el grande sale más barato), así uno se lo termina estando aún frío. En todo caso, evitar esos pisco sours catedral que más parecen un daiquiri.

Segundo, en lugares poco confiables evitar pedir un pisco sour o andar muy atento en la barra para ver cómo lo preparan. Es evidente que siempre van a querer prepararlo con un pisco muy barato, así que si uno ve una botellita de pisco Vargas por ahí, se para y se va su casa. Una mala experiencia con un pisco sour puede matar la vocación, un ejemplo claro es el del champagne (ok, espumante) que tiene muy mala fama por esas porquerías que sirven en los matrimonios y en las cenas navideñas.

Por esto mismo, jamás tomar esos pisco sours que te pasan en recepciones, reuniones familiares, agasajos, etc, en fin, todo pisco sour que venga de contrabando en una bandeja. Es imposible hacer un buen trago para tantas personas salvo que se sirva directamente de la botella. Estos pisco sours son espantosos y ni siquiera vas a encuentrar la espuma. Otro motivo para que la gente diga luego que odia el pisco sour.

Tercero, si quieres hacer una buena ruta del pisco sour no te empujes muchos en un solo un lugar porque no creo que llegues a visitar otro. El pisco sour es trepador como cualquier coctel azucarado, la experiencia me ha enseñado a guardar siempre un poco para el siguiente. Ahora, claro, si el lugar está fenomenal y no vale la pena cortar una buena conversación, pues pégatela con gusto y olvídate de tanto trámite.

Lo demás ya es cuestión de uno. Un pisco sour depende mucho de dónde y con quién lo tomes. Salud.